NIEVE Y SARDINAS

En mi caminata diaria, a eso de las 7,20 de la mañana, para despejar cuerpo y espíritu antes de ponerme a la comprensión de las leyes,no suelo encontrarme con ningún problema en el camino.
Hoy, después de dos días seguidos nevando, la imagen de la ciudad era blanca, con una luz increíble, a pesar de no haber amanecido a esas horas.La belleza del entorno, indudable.

Pero hoy tenía ganas de ver el centro,el acueducto nevado,las callejuelas,y como el hielo asemejaba las calles a pistas de patinaje, he optado por coger el bus de las 7,30.Craso error...
Quieta en mi marquesina, con los cascos puestos para estar haciendo algo y olvidarme del frío,de pronto advierto una horda de uniformes cruzando por el paso para acercarse a la parada.Los niños del colegio.Los cuento, unos 15.Me digo:"bueno, no creo que en la parada anterior haya subido mucha gente".
Llega el nº 8, abre la puerta y.., ¡Y ahí no cabemos!(¡******!, ahora se porque al de y media le llaman LA LATA).La conductora, que lleva 20 años en esto,segurísima de su conocimiento sobre la capacidad de la máquina,nos anima a subir, "que sí hombre,achucharos un poco y tiramos".Procedemos a ello,por lo menos lo intento;una joven dama de casi 30 y recién llegada,me adelanta por la
izquierda,la miro con ira(yaaa, se que no se debe, pero se me avecinan gastos y estoy con la ira prepagos..),me pisa y sube.
Una vez arriba respiro, bueno, lo intento, entre adolescentes,madres de adolecentes y yupis treintañeros:"Echaros más p´a ´trás", "Niño, ten cuidado que me metes la mochila en la boca","¡Señora...!.Me bajo premeditadamente en una parada antes de lo que tenía previsto,porque aquella escena estaba a punto de acabar como una mini batalla campal.¡Que el espíritu navideo está llegando, hombre..!
He vuelto andando,precioso todo.¡Ah! casi me mato por el hielo.

Qué bonita es la nieve...para verla desde casa.